Los propagandistas rusos dicen que vamos camino a una tercera guerra mundial solo porque Estados Unidos autorizó a Ucrania el uso de misiles de largo alcance en territorio ruso.
Esos alarmistas no saben de lo que hablan. Y estas son las razones:
Donald Trump está a punto de llegar a la Presidencia de Estados Unidos. Y con él, Putin espera negociar que le quiten las sanciones, que Ucrania renuncie a pertenecer a la Unión Europea y a la OTAN y quedarse con el territorio que ha invadido. No arriesgará todo eso por la decisión de un presidente, Joe Biden, a quien le quedan pocas semanas en el poder.
China e Irán NO acompañarán a Rusia en una guerra abierta. No todavía. China es el país más dependiente del comercio internacional del mundo. Prácticamente todo lo que comen y casi todo el gas y el petróleo con lo que mantienen sus luces encendidas, viene del extranjero. Incluso lo que viene de Rusia estaría en riesgo si estalla una guerra abierta global. E Irán está peor: si algo demostró su intercambio de misiles con Israel, es que Irán es totalmente vulnerable a los ataques de armas occidentales; no podrían proteger su infraestructura petrolera, que es de lo que viven.
Destrucción asegurada. Rusia no está en condiciones de iniciar una guerra más amplia de la que enfrenta ahora. En este momento ya le dedica más presupuesto a defensa que a salud, a educación y que a alimentar a su propia gente. Y su economía está tan mal, que incluso ha tenido que aceptar mandarinas como pago, ante la falta de dólares. La única razón por la que Rusia se mantiene en pie es porque todavía se le permite exportar petróleo, las sanciones no lo impiden, y porque ha pagado su maquinaria bélica con reservas, pero esas reservas no le durarán mucho tiempo más.
Por sí solos los misiles de largo alcance estadounidenses no cambiarán el curso de la guerra. La principal ventaja de Rusia sobre Ucrania es la cantidad de soldados que tiene y una enorme reserva de artillería y de municiones soviéticas. Simplemente no se le acaban. Y es difícil que ese balance general cambie solo porque los misiles ATACMS llegarán a territorio ruso.
Las Armas nucleares. La única razón por la que Estados Unidos y Europa hasta ahora se han mantenido cautelosos frente a Rusia es por sus armas nucleares. Si Rusia las usa, ya no le queda nada con qué amenazar. Y recordemos, todavía hay cosas que Occidente no ha hecho, las que realmente cambiarían el curso de la guerra, como mandar tropas directamente a Ucrania o cómo derribar aviones y misiles rusos desde Polonia o Rumania. ¿Va a perder Putin esa fuente de intimidación, que es lo único que detiene a sus enemigos?
Si Vladimir Putin tomara la decisión de enfrentar directamente a Estados Unidos y a Europa occidental, en las condiciones en las que Rusia está, solo puede haber dos resultados: una revuelta dentro del país o la desaparición de Rusia. Putin lo sabe. No hay señales de que haya perdido la razón todavía, como para arriesgarse a que eso suceda. Así que tranquilos. No habrá, todavía, una tercera guerra mundial.