¿En Qué país aceptan mandarinas como pago a sus exportaciones, la gente roba mantequilla de los supermercados por lo costosa que es y el Ejército derriba aviones de pasajeros porque no tienen la capacidad técnica para distinguirlos de drones enemigos?
No es Zimbabue, ni Venezuela, o alguna isla perdida en el pacifico. Es Rusia
Otra vez, Rusia es el principal sospechoso de haber derribado un avión comercial, de pasajeros, que no representaba ninguna amenaza para nadie. Murieron 38 personas. El avión de Azerbaiján iba camino a una ciudad rusa. En 2014, separatistas rusos en Ucrania, con armas del Ejército ruso, derribaron otro de Malasya Airlines, que dejó 298 muertos. Una evidencia más de que ese país no tiene la capacidad ni tecnológica ni logística para siquiera distinguir entre aviones comerciales y objetivos militares. ¿Ese es el país por el que tiemblan los que gritan “Tercera Guerra Mundial” cada vez que Estados Unidos autoriza un arma nueva para los ucranianos?
Parte de la narrativa que Rusia impulsa a través de sus títeres mediáticos en Occidente, es que los rusos NO han logrado vencer a Ucrania porque no quieren. Porque se moderan.
No pudieron llegar a Kiev, la capital de Ucrania, en los primeros de la guerra, dicen, porque se contuvieron para no escalar el conflicto. Lo que en realidad pasó es que enviaron a sus soldados sin preparación y sin el equipo necesario para tomar Kiev. Abandonaron cientos de vehículos sobre las carreteras porque se quedaron sin combustible. Las fotos de 56 kilómetros de tanques y camiones rusos abandonados en Ucrania dieron la vuelta al mundo en esos primeros días de la invasión.
Desde ese entonces, nos hemos dado cuenta que frente a un defensor competente, como son los ucranianos, Rusia no era tan fuerte como todos creíamos. Así que Putin ha compensado la falta de sofisticación de su Ejército con masa y brutalidad, como es la tradición militar rusa. Por eso perdieron a 24 millones de personas durante la Segunda Guerra Mundial, entre civiles y soldados. Por mucho, el país que más víctimas tuvo; ni siquiera Alemania, que fue totalmente ocupada, sitiada por ambos frentes antes de rendirse, sufrió tantas muertes. Es porque los soviéticos estuvieron dispuestos a mandar olas de combatientes al frente, aún si no tenían la preparación suficiente -incluso cuando era evidente que Alemania ya estaba perdida-, con tal de que Stalin pudiera colgarse la medalla de haber llegado a Berlín primero. Las vidas de su propia gente eran lo de menos.
Ahora repiten la estrategia. Y por eso han perdido cuando menos cuatro veces más soldados que los ucranianos según las estimaciones independientes que han medido las bajas de ambos bandos. Las ventajas de ser una dictadura. En una democracia esas pérdidas serían inaceptables, de cuando menos 200 mil soldados en el caso de Rusia, hasta 750 mil si se incluyen los heridos: cinco veces más que las bajas estadounidenses en Vietnam durante los ocho años de aquella guerra. Pero en una dictadura, las vidas de los ciudadanos son simples herramientas para los fines del emperador.
Por eso solo los propagandistas rusos y sus crédulas víctimas creen que Rusia se contiene, que no desata todo su potencial. Es imposible que así sea porque sus pérdidas son tramendas no solo en el campo de batalla: el rublo está en el piso, la inflación hace que la gente entre a robar mantequilla a los supermercados, tienen que pedir prestado ofreciendo tasas de interés de 21%, sólo por debajo de países en desgracia como Zimbabue y Venezuela. Y aun así, presumen un misil hipersónico supuestamente imbatible, llamado Oreshnik, que no se atreven a lanzar a un verdadero un objetivo occidental, pese a que cada mes amenazan con una guerra nuclear. Como si en cualquier momento, con su tremendo poder, pudieran terminar con su enemigo en Ucrania si quisieran. Si no pueden distinguir un avión de pasajeros de un objetivo militar, ¿son capaces siquiera de realizar todas las proezas tecnológicas militares que dicen poseer?
No hay razones para creer que derribaron un avión comercial intencionalmente. Son perfectamente capaces de cometer las peores atrocidades, pero no gastarían municiones en un objetivo que no les genera alguna ganancia.
Hay, además, un claro antecedente de incompetencia en el manejo de sus baterías antiaéreas. Cuando Rusia lanzó su primera ofensiva contra Ucrania en 2014, anexó Crimea y luego firmó los acuerdos de Minsk, en los que se comprometía a no agredir a Ucrania, pero de manera encubierta, envió armas a los separatistas rusos para que continuaran atacando a Ucrania.
Esto quedó plenamente demostrado cuando, por error, los separatistas rusos derribaron un avión de Malasya Airlines -matando a 298 personas- con un sistema de misiles de fabricación rusa transportado desde Rusia. Los investigadores de los paises afectados -Australia, Bélgica, Malasia, los Países Bajos y Ucrania- dieron un informe detallado sobre cómo el lanzador llegó desde Rusia y regresó a ese país después de usado. Si Usan mal incluso su propio equivo, ¿podrán siquiera usar misiles intercontinentales, por ejemplo? EL último que lanzaron, un misil Sarmat, explotó en la zona de lanzamiento. Sería mejor no averiguarlo, por supuesto…
No estoy llamando a invadir Rusia o atacarla preventivamente. Sin embargo, Rusia está tan cerca de la ruina económica, un gigante con pies de barro, que lo mejor que Donald Trump puede hacer -para una paz mundial duradera-, es no desarmar a Ucrania e incrementar las sanciones contra el régimen de Putin.
Para evitar una guerra futura con Rusia hay que ver todas las señales de su miseria, su atraso y su incompetencia, y no dejarlos levantarse hasta que sean un país normal sin deseos de ser un imperio. Para lograrlo, basta con darles el tiempo suficiente bajo sanciones y presión de los ucranianos, para que colapsen por sí mismos.