
¿Abandonó Donald Trump a Ucrania? Los propagandistas rusos celebran ya que el presidente de Estados Unidos haya acordado con Vladimir Putin el inicio de negociaciones para terminar la guerra. Pero aunque eso parece, dado que Trump cedió a cosas antes de siquiera sentarse a la mesa, aún estamos lejos de decir que Rusia ganó. Por estas razones:
El objetivo último de Rusia no es quedarse con el 20% de Ucrania, ni tampoco evitar la expansión de la OTAN. Si esa fuera la medición para evaluar el éxito o fracaso de Putin, la conclusión sería que ya perdió. Pues en estos últimos tres años la OTAN no sólo no se ha reducido, se ha expandido aún más, con Suecia y Finlandia, en la frontera también con Rusia, como los más recientes integrantes de la alianza. ¿Por qué los rusos no hicieron tanto drama por esas adiciones? Porque el objetivo real de Rusia es apoderarse de toda Ucrania para poder avanzar después hacia Polonia, que es el país que sirve de puente entre los miembros de la OTAN. Es a través de Polonia donde toda la ayuda militar de Alemania, de Francia, de España y todos los demás países de Europa occidental, llega a Ucrania. Si Putin logra conquistar Polonia, la OTAN quedaría dividida y no podría asistir a Lituania, Latvia y Estonia, que son los miembros de la alianza más cercanos a Rusia.
Esa es la razón por la que Polonia se ha armado hasta los dientes desde que empezó la guerra en Ucrania. En 2024 gastó más de 4% de su economía en Defensa, más -en porcentaje de su PIB- que cualquier otro miembro de la OTAN, incluido Estados Unidos. Saben que ellos serán los siguientes si Ucrania cae. Así que a Putin no le basta con 20% de Ucrania. Si Rusia accede a esos términos, será sólo porque se sabe demasiado desgastado para continuar -ha perdido cientos de miles de soldados y su economía pende de un hilo- y esperará hasta acumular mayor fuerza antes de intentarlo de nuevo.
Es aquí donde viene la parte más importante: ¿cómo le van a garantizar a Ucrania que no habrá otra invasión? No se puede confiar en la palabra de Rusia: firmaron en 1994 un tratado de no agresión a cambio de que Ucrania entregara sus armas nucleares, pero 10 años después los invadieron para quitarles Crimea. Y luego en 2014 firmaron los Acuerdos de Minsk a cambio de parar aquella primera invasión a Ucrania, sólo para ignorarlos -Rusia nunca dejó de apoyar a los separatistas- y volver a invadir en 2022. Durante todos esos años, Rusia sólo fingió desear paz porque intentó dominar la política dentro de Ucrania, un mecanismo mucho más barato de control que la guerra convencional. Le ha funcionado bastante bien esa estrategia a Putin, con los títeres que tiene en Bielorrusia, Georgia, Hungría y Eslovaquia. Pero no lo logró con Zelensky, y por eso recurrió a la guerra. Pero Putin no calculó bien. Creyó que llegaría a Kiev en unos pocos días. No esperaba tampoco que Occidente se uniera en su contra, luego de las tibias respuestas que había recibido de Barack Obama y de Ángela Merkel ocho años antes. El problema es que la unión occidental ha sido muy tibia en enfrentar a Rusia. No han mandado soldados, por ejemplo. ¿Cómo van a garantizar, entonces, Estados Unidos y Europa, que Rusia no invadirá otra vez si la OTAN está descartada para Ucrania? Putin, claro, quiere firmar un documento, como el Memorando de Budapest y los acuerdos de Minsk, que no le impida, de nuevo, manipular las elecciones en Ucrania. Y si eso no funciona, buscará invadir de nuevo después de que logre poner a sus candidatos afines de la derecha en Alemania y en Francia. Pero estamos muy lejos todavía de que cualquiera de estos escenarios pase.
La pregunta central es si Trump aceptará verse débil, manipulable, a cambio de complacer a Putin. Quiero pensar que la parte pensante de su gabinete, como su asesor de seguridad nacional, Mike Waltz, le harán entender que Putin es experto en manipulación. Además, recordemos, Trump cambia fácilmente: en enero dijo que los aranceles a México y Canadá serían inevitables el 1 de febrero. Y no fue así.
No se hizo mención de las sanciones ni por parte de Trump ni por parte de su Secretario de la Defensa. La inflación está a 9.5% dentro de Rusia por lo costoso de las importaciones y de los créditos, dado que las tasas de interés allá son de 21%. La economía rusa ahora depende de que los precios del petróleo se mantengan altos, y de su propia industria de guerra: los profesionistas que quedan, los que no han huído de Rusia, están dedicados a la fabricación de componentes militares y, como consecuencia, hay destrucción de empresas y de empleos civiles dentro del país. Eso no se reconstruye de la noche a la mañana. Por todo esto, Putin podría considerar más de su interés apostar a que no haya un acuerdo, a menos que Trump ceda aun más. En ese escenario, si Donald Trump tiene dignidad y sentido común, apostará mejor a apoyar a Ucrania para obligar a Rusia a ceder. Todo dependerá de si el presidente de Estados Unidos incrementa la producción de petróleo para que los precios globales se desplomen y dejar a Rusia sin dinero. Fue una buena idea que comentó al inicio de su gobierno. Es todavía una puerta abierta.
Así que, no demos a Ucrania por muerta. Es pésima señal sí, que Trump y su secretario de Estado le cedan a demandas de Rusia antes de siquiera empezar a negociar, como descartar la unión de Ucrania a la OTAN y entregar el territorio invadido. Pero recordemos, esos no son realmente los objetivos de Putin. Rusia quiere controlar toda Ucrania y que se le levanten las sanciones para tener el dinero para seguir invadiendo países. Si no se le dan ninguna de esas dos cosas, Ucrania mantendrá su independencia. Esa es la verdadera medición del éxito en esta negociación, que apenas empieza.
¿Qué pasa si Ucrania se niega a terminar la guerra bajo las condiciones que Donald Trump y Vladimir Putin negocien? Hay muchos que asumen que la victoria de Rusia está asegurada solo por ese hecho. Pero no és tan fácil.
Hay tres escenarios para Ucrania si Estados Unidos la abandonara por completo:
Que sus aliados en Europa suplan la ayuda de Estados Unidos. Tendrían que duplicar lo que han dado hasta ahora sólo para mantener el ritmo. Europa ya da, en este momento, alrededor de la mitad de la ayuda total. Pero, tendrían que hacerlo mientras mantienen las sanciones económicas a Rusia. Ellos eran los principales clientes del gas y el petróleo rusos antes de la guerra. Y así deben mantenerse. Sin embargo, si Estados Unidos levanta sus sanciones, es probable que el apoyo económico no baste, y tengan que hacer más para compensar la ventaja humana que Rusia tiene tanto con sus soldados como con los de Corea del Norte.
Es ahí donde viene el escenario número dos. Si Europa no enfrenta, unida, a Rusia -lo cual es probable dado que el Kremlin ha logrado infiltrar a políticos títeres gracias a mucho dinero y campañas de desinformación- tendría que formarse una nueva alianza, más pequeña, pero integrada por los países que mejor entienden la amenaza que Rusia representa. Países como Polonia, Finlandia, Lituania y Reino Unido. Combinadas sus fuerzas podrían sostener a Ucrania incluso sin Estados Unidos, siempre y cuando puedan superar el miedo que sus poblaciones puedan tener a las amenazas nucleares, siempre vacías, de Rusia.
Si Ucrania no puede contar con nadie más y no está dispuesta a someterse a Rusia, sólo le queda desarrollar armas nucleares. Como dije ya en un video dedicado exclusivamente a ese tema, para Ucrania no sería difícil desarrollar la bomba atómica, hasta Pakistán las tiene, y le tomaría sólo unas pocas semanas dado que ya cuenta con los desechos nucleares de sus plantas civiles que le permitirían elaborar, cuando menos, lo que se llama una “bomba sucia”. Una muy contaminante arma, pero igual de destructiva.
Así que. Hay muchas cosas todavía sobre la mesa, como para creer que una llamada entre Trump y Putin ya acabó con este conflicto.