
Muy indignados están opositores y morenistas con la designación de Mario Delgado como el próximo secretario de Educación de Claudia Sheinbaum.
Varios morenistas creen -y lo han expresado profusamente en redes sociales- que Delgado no merece el cargo porque lo ven como el principal responsable de la diputación otorgada al actor Sergio Mayer, a quien acusan de no ser fiel al movimiento morenista, así como de otras candidaturas "impuras".
Pero se equivocan quienes creen que Mario Delgado es una especie de burócrata partidista que desafía, por interés propio, la noble causa del presidente Andrés Manuel López Obrador. Mario Delgado siempre fue solo el mensajero, el eslabón final, visible, de una cadena de mando que comenzaba con el Presidente y que ahora será heredada a Claudia Sheinbaum.
Mario Delgado no hubiera durado ni un año en el cargo si AMLO o Sheinbaum hubieran creído que se mandaba solo. Y la mejor prueba, es que lo premiaron con una posición importante en el nuevo gabinete.
Y también se equivocan tanto opositores como morenistas cuando creen que el dirigente de Morena no está preparado para el cargo. Un venerable especialista en educación como Gilberto Guevara Niebla habría sido devorado por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE).
Lo que la secretaria de Educación necesita es un político colmilludo, capaz de lidiar con un magisterio que no busca un diálogo constructivo, sino imponer sus privilegios. No les bastó la contrarreforma educativa de AMLO, que echó abajo los cambios instrumentados durante el sexenio de Peña Nieto. Quieren todo el control presupuestal y político de la educación.
Así que no había mejor candidato para la Secretaría de Educación Pública (SEP) que Mario Delgado. Se necesita a alguien dispuesto a meterse en la cañería de la política magisterial, mientras refuerza o destruye la contrarreforma educativa de López Obrador, según convenga a la próxima presidenta.
Es muy pronto para saber cuál de los dos caminos será tomado por Sheinbaum, pero no hay duda que Mario Delgado es capaz de hacer ambas cosas.